En muchas culturas antiguas, la vaca ha sido venerada como una diosa madre. Mi pieza se basa en la premisa de que si las vacas hubieran existido en América antes de la llegada de los españoles, podría haber habido un culto a una diosa madre mesoamericana con cabeza de vaca. He planificado pintar dos escenas de ofrenda en los dorsos de una vaca.

En ambas ofrendas, el objeto principal será una pieza en cerámica de esta diosa, rodeada de objetos simbólicos como copal encendido en su copalera, flores, alimentos y bebidas, piezas de obsidiana y jade, y leche en vasijas ornamentales. Los fondos de ambas ofrendas estarán representados por dos murales, uno inspirado en los colores del edificio A de Cacaxtla en tonos terracota, que representará el atardecer, y otro en tonos azules, inspirado en los murales del edificio B de Cacaxtla, que representará el amanecer.

Pretendo diseñar estos murales siguiendo el estilo maya de fase dinámica (759-810), incorporando bandas acuáticas y glifos de la tradición Teotihuacana y del altiplano mexicano. Ambos murales contarán la historia de la veneración de esta madre vaca y su posición en el panteón de los dioses. Junto con los artículos ofrendados, la iluminación y los detalles en la pieza cerámica de la diosa, crearán una ilusión hiperrealista y tridimensional pintada sobre la escultura de la vaca.